viernes, 13 de febrero de 2015

Las adolescentes




Me gusta ver a las adolescentes tan lejanas y extrañas para mí. Su belleza abrumadora, su inocencia, sus ganas de vivir; su, para ellas, desconocida capacidad de seducir. Aunque sé que para ellas soy invisible. No existo. No me ven. No les intereso. Y así está bien.

Las adolescentes maravillosas con su provocadora inocencia, con su descarada belleza, con la certeza de la juventud caminan a mi alrededor sin tener la menor idea de que yo las veo.

Las adolescentes que son el canto de la vida. Que son la vida. Que son el eterno verano de la belleza. Tan vitales, tan alegres, tan llenas de gracia y sueños, tan decididas a conquistar el mundo. 

Qué hermosa la vida a cierta edad. Es decir a mi edad cuando ya he superado todas las vergüenzas, las penas y las inseguridades de la edad más bella de la vida.


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