lunes, 28 de diciembre de 2015

Yo amaba la vida

Yo amaba la vida -es decir, era inocente- hasta que descubrí que las personas están hechas de mentiras, odios, miedos, de ganas de joderse a los demás, de amargar al que no se puede defender, de complejos de inferioridad, de ignorancia y de mezquindad.

Aunque también hay bondad, generosidad, amor y entrega, estas virtudes no saben defenderse, están a la merced de la buena voluntad de los demás.


Sigo amando la vida, pero lo hago a escondidas donde nadie sienta el deseo de destruir mis sueños, porque ven que la vida me sonríe.

sábado, 26 de diciembre de 2015

Los días muertos


Entre el 25 de diciembre y el 4 de enero la vida se detiene. Entramos en los días muertos. Es como un paréntesis. Se está, pero no se es. Hay algo de vacío, de nada en estos días que siendo parecen no ser.

Días de espera. Como una pausa involuntaria. No es cansancio. No es tristeza. Es vacío. Como queriendo que llegue de nuevo la amada rutina, la certeza de los días con horario fijo.

Días en que, si nos descuidamos, nos da por hacer balance de nuestra vida, revivir éxitos o derrotas. Y sentir esa sensación, que en el fondo de cada uno de nosotros vive, de esplendoroso fracaso, de irremediable pérdida, de un cierto sin sentido de lo que hacemos o dejamos de hacer.

Por supuesto que nos reímos, comemos, salimos, en fin, vivimos, pero dentro de nosotros hay una parte desconcertada, un yo que no se deja manipular por nuestra máscara de felicidad, y duda; un yo que sabe que todos en el fondo queremos regresar a la seguridad de la monotonía para no pensar. 

martes, 20 de octubre de 2015

Mi vida y yo




Hay días en que mi vida se levanta más temprano que yo. Mientras ella hace y deshace por la casa, por la ciudad y por las ideas, yo sigo durmiendo, sigo soñando.

Mi vida hace cosas que a mí no me apetecen, me aburren y que prefiero que las haga ella y yo no. Ella está más adaptada a la realidad que yo. Yo soy caprichoso, subjetivo, perezoso y quisiera estar solo conmigo a todas horas. Pero a mi vida sí le gusta la gente, salir, charlar, caminar comer con otros, trabajar, y trabajar y trabajar. Allá ella, lo mío es disfrutar de cada instante mío y no me preocupo por esas cosas.

A mi vida le gusta leer y escribir. A mí, también. Por eso cada día por un par de horas nos sentamos los dos entre libros y periódicos y leemos, comentamos y nos reímos de las noticias, o nos devoramos libros o los dejamos de lado cuando nos aburren. Es curioso, pero al escribir los dos somos del mismo parecer y nos gustan los mismos temas. Entre los dos aportamos ideas y puntos de vista que enriquecen lo que escribimos.

De resto mi vida y yo llevamos vidas paralelas, pues nuestros intereses son diferentes.

Mi vida está pendiente de las personas que los dos queremos. Yo confío plenamente en que mi vida le dedica lo mejor de sí a esas personas que han hecho posible con su amor, su tiempo y su generosidad que los dos vivamos tan bien. Mi vida y yo no seríamos nada sin esas personas que nos quieren.

A la hora de dormir, mi vida se acuesta más temprano. A mí me gusta quedarme a solas, recuperándome de  las muchas cosas que hace mi vida por los dos. Mientras ella ya duerme, yo sueño.

Mi vida y yo siempre pensamos en ti, y a ciertas horas del día nos reunimos  a mirarte y a quererte a escondidas. 

sábado, 17 de octubre de 2015

Un latido del corazón

"Me miró lo que dura un latido del corazón . Supe en ese momento, que la recordaría el resto de mi vida" 
"La Condesa descalza"

No habrá nunca más una larga caminada a orillas del Guadalquivir, no volveremos a comer fish and chips en un kiosco bajo la lluvia de Londres, ni correremos y bailaremos otra noche de verano en París, no nadaremos una vez más en una isla perdida del Caribe, no nos esconderemos a besarnos una y otra vez en las calles de la Medina de Marrakech, no nos tomaremos de la mano bajo la mesa como en esas largas charlas con los amigos mientras mirábamos atardecer a orillas del Garda, ni nos reiremos al oír por sorpresa esa canción que tanto nos gusta en el bullicio de Manhattan o ese verso que te escribí que le oímos a un joven cuando se lo susurraba al oído a su amor en un bar de Bilbao. 

Tú y yo no volveremos. Pero no habrá tiempo, distancia o silencio que nos impida soñar con el otro, saber que aún tenemos una cita pendiente en ese lugar que aún no conocemos pero que espera por nosotros...bueno, tú ya lo conoces pero yo no. Iremos a Sevilla a cumplir la cita de leer los poemas de Joshua Ben Gabriel en voz alta en la antigua judería y después...después será lo que la vida quiera.




viernes, 16 de octubre de 2015

Una relación complicada


Por la forma que tiene de detenerse frente a mí, por esa mirada suya que casi me habla, por los latidos acelerados de mi imaginación sé que nos gustamos. La felicidad y yo nos hemos encontrado a escondidas. Nos hemos querido. Ella y yo tenemos muchas cosas en común.

Desde que era pequeño me acompañaba a leer o jugaba conmigo tardes enteras cuando el piso de mi cuarto era un campo de batalla de tapitas de gaseosas con una bolita de cristal que según el color pertenecían a diferentes regimientos o ejercitos, una tabla de madera para jugar damas chinas era la fortaleza que había que conquistar que estaba en un lugar casi inexpugnable sobre la almohada de mi cama.

En la adolescencia fue conmigo a todas las fiestas desde los catorce años hasta los veintitrés en que no volví a ninguna fiesta.

En el amor pensé que ya era oficial lo nuestro, que éramos para toda la vida. Pero me equivoqué. Sólo fue que sintiera el amor poniendo de cabeza mi vida para que la felicidad por días, semanas, meses y años no me volteara a mirar. Creo que el verme enamorado la ponía celosa, sentía que me perdía y se iba sin previo aviso, sin decirme nada y me dejaba con ese dolor que sentimos los que a pesar de la realidad pensamos que las relaciones son eternas. Desde entonces he vivido con un nudo en la garganta, un vacío en el estómago, unas ganas de mandar todo al carajo y una inmensa derrota en el alma.


Adoro a la felicidad, pero desde entonces ella y yo tomamos caminos distintos. Sé que piensa en mí. Yo también pienso en ella. Hay días en que nos saludamos o coincidimos en algún lugar o con un conocido mutuo. Y los dos sentimos esa electricidad que existe entre dos que están destinados el uno para el otro. Pero los dos sabemos que nunca volveremos a estar juntos como cuando tenía seis años y montaba en una bicicleta verde bajo la eterna lluvia de la Sabana de Bogotá.

martes, 13 de octubre de 2015

Tú y yo

Tú y yo 
que tantas veces nos hemos hablado a besos; y que a caricias nos hemos prometido cielos y estrellas.
Tú y yo 
que tantas veces hemos convertido los sueños en campos de juego y de alegría. 
Tú y yo 
que por andar soñándonos nunca dejaremos de querernos. 
Tú y yo 
que hemos hecho de esta vida el paraíso de nuestros cuerpos. 
Tú y yo 
que tanto nos queremos y debemos ¿cuándo al fin existiremos?

Un día


Un día te despiertas de los sueños y caes en cuenta de que no has vivido, sino que estabas enamorado de fantasmas, que la vida te ha jugado una mala pasada, que el tiempo se ha perdido, que es otoño y no volverá el verano.
Un día te despiertas e intuyes que no volverás a soñar.

jueves, 1 de octubre de 2015

Si tú quisieras

Si por un instante pensaras en mí, si te diera la gana de mirarme más de un segundo, si soñaras que más allá de tus limites hay un universo entero, si por una vez tuvieras unas ganas infinitas de ser esa otra que un día en Sevilla dejaste que se enamorara de un poeta...
...digo yo, pero si no fuera ese el caso y no quisieras dejar la seguridad de tenerlo todo o casi todo lo que soñaste una tarde en que te fuiste sola a Perpignan para saber qué era eso de ser joven, libre y audaz, quiero que sepas que yo, hagas lo que hagas o no hagas lo que no quieras hacer, sin dudarlo me iría contigo a recorrer todas las incertidumbres de la vida. 

sábado, 26 de septiembre de 2015

La vida escolar

La mitad de la vida escolar me la pasé esquivando tareas, clases aburridas, matones, ignorantes, aprender de memoria cualquier cosa y a profesores que hubieran matado a una ostra de aburrimiento.

La otra mitad la dormí, me escapé del colegio o dibujaba cuadernos y cuadernos con mapas, perfiles de personas y animales.

Lo mejor del colegio fueron las fiestas de fin de semana que organizamos desde tercero hasta sexto de bachillerato. Si no hubiera sido por esas fiestas no hubiera podido mantener mi cordura. Qué exagerado soy!

No tengo ni idea de cómo me pude graduar. Recuerdo poco de lo que enseñaban y mucho lo que los profesores maltrataban y humillaban a los alumnos.

Después de tantos años sigo detestando el colegio.

Sin embargo, mi mejor amigo, mi único amigo de verdad es del colegio. Me casé con una compañera también del colegio y sigo con ella, o ella sigue conmigo, mejor dicho.

Y siento un agradecimiento por los profesores de música, von Hoff, que me enseñó a entender la música y por el profesor de castellano y geografía, Ochoa, que me explicó la economía, la política y enseñó a escribir; y afecto por mis profesores de historia, Fräulein Brandes y Herr Eckardt, porque me trataron como a una persona de verdad.


Pero por ningún motivo volvería al colegio. 

miércoles, 23 de septiembre de 2015

He vivido y eso es todo


Lo que he vivido, he hecho, he sido, he tocado, he aprendido, he amado,he sentido y conocido, lo que he visto y he soñado; cada segundo que he vivido, la tristeza y lo que he llorado, cada momento feliz, todo absolutamente ha sido mío.

He sido dueño del universo entero. He sido un dios para mí. He sido todo y todo ha sido por mí. He vivido y eso es todo, todo lo que siempre quise ser. 

martes, 22 de septiembre de 2015

El universo de mi vida



Yo soy un puñado de sueños, mi familia, un par de amigos de siempre, y más sueños; Bogotá, Bonn y esos lugares del mundo que saben que yo me he jugado mis sueños por el amor; horas y horas de lectura, de música, de dudas y pensamientos, charlas maravillosas, las caminadas y el mar, los amaneceres en la Sabana de Bogotá, y los recuerdos tal y como los tengo en mi memoria; las mil tristezas y las derrotas; y el viaje, el interminable viaje de la vida; las noches y los bailes, el verano y enero en Bogotá; y siempre más sueños y por último y más importante: tú, mi amor, mi gran amor, mi irremediable amor. He aquí el universo de mi vida.

lunes, 21 de septiembre de 2015

El prisionero

Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.“
Pedro Calderón de la Barca


Soy mi prisionero. Estoy atrapado en mí. Estoy condenado a mí. No puedo escaparme de mí y adonde huya, huyo conmigo. De día y de noche me vigilo, me cuido, no me desamparo. Estoy pendiente de mí todo el tiempo.

No puedo, así lo quisiera, dejarme en paz por un momento. No tengo privacidad conmigo. Soy mi guardián y mi prisionero al mismo tiempo. Lo seré hasta que la muerte me separe de mí.

Mi pensamiento es mi condena y a su vez mi único refugio para esta vida que es ser prisionero y guardián de uno mismo.

Tres películas en una semana







"Lo que a mí me fascina de la vida es el tema de lo que uno lamenta haber hecho o no haber hecho"
Vincent Lindon

Esta semana en que estuve tan alejado del mundanal ruido que habita mi mente y de lo cotidiano vi tres películas que me encantaron.



Quartier lontain” de Sam Garbanski

La trama está basada en la manga “extraños confiables” de Jiró Taniguchi, quien al final de la película aparece por unos instantes. El cincuentón Thomas quien por casualidad llega al pueblo de su infancia y aprovecha la oportunidad para visitar la tumba de su madre. Allí hace un salto en el tiempo y de repente vuelve a tener 14 años.

Gabarski escenifica la emocional y por momentos irreal historia de la relación de un hijo y su padre con ternura a pesar de los duros y apasionados enfrentamientos. Una película con toques poéticos y melancólicos.
La madurez del personaje le da una nueva dimensión a los hechos y lleva a situaciones cómicas, como cuando dice que el muro de Berlin va a caer o que tiene dos hijas. Poco a poco Thomas entiende el sentido de este viaje en el tiempo cuando comprende el rol de ser padre y de su padre y de la fría relación de sus padres que los lleva por caminos diferentes. Sólo al comprender las heridas de la niñez le posibilitan regresar al cambiado presente y dejar de ser el confiable extraño de la realidad.

Nothing personal” de Urszula Antoniak

Una mujer holandesa, vagabunda por elección, recorre los caminos de Connemara (Irlanda), haciendo autostop y sacando comida de los contenedores. Llega a una casa apartada, en una isla maravillosa, de la que se queda prendada hasta que descubre que su dueño es un hombre maduro que vive solo allí. Él le ofrece comida a cambio de que trabaje en el jardín. Ella se queda, con la condición de que no se trate nada personal, de que no haya preguntas.
Nothing personal’ no trata sobre la incomunicación. Muy al contrario, sus personajes se entienden sin necesidad de intercambiar palabras, sin apenas contacto físico o siquiera visual. Finalmente, no versa tanto sobre la soledad como sobre la dificultad de hallar a alguien con quien estar tan a gusto como, en ocasiones, se está solo.
Lo mejor la belleza de los planos y el complemento de la música.


Mademoiselle Chambon de Stéphane Brizé

Es un drama romántico que narra la historia del encuentro entre un albañil de un pueblo francés, un hombre de pocas palabras, casado y con un hijo, aparentemente feliz, que conoce a la maestra del colegio, una mujer ilustrada y sensible, que ama la música y que viene de un mundo totalmente distinto al suyo. Apenas sin palabras, con más gestos y expresiones, la historia va poniendo al espectador ante el dilema de los amores posibles o imposibles.

Lo que me dejaron estas películas es la certeza de que el arte no consiste tanto en nombrar las emociones sino en recrearlas con sensibilidad estética, matices, modulaciones, talento, entrega y profundidad sentimental.


Una semana para mí abundante en silencios, introspección, música y pensamientos. Una semana para volver a mí. 

jueves, 17 de septiembre de 2015

Una noche de septiembre a las cuatro de la mañana





Son las cuatro de la mañana. La ciudad duerme y el ruido ronco del tráfico lejano se cuela por las desiertas calles del barrio. En algún lugar del jardín unos gatos se aman. Mientras escucho el concierto de piano No. 5 de Beethoven leo una biografía de John Steinbeck. 

El apartamento está a oscuras salvo la pantalla del computador y una lámpara que me permite leer. Al alzar la vista del libro y mirar la pantalla veo que en ese preciso momento de la madrugada a miles de kilómetros ella está leyendo un poema que le escribí. Una ola de alegría me ha quitado el sueño y me ha devuelto otro sueño.

lunes, 31 de agosto de 2015

Rechazo a todo el que quiera joderse a otro

Rechazo que para joderse a otro, así este otro sea un malvado, se le calumnie, se exageren sus errores o maldades hasta el absurdo, se le endilguen delitos y actos que no cometió, se oculten datos o hechos positivos de éste para dar una imagen equivocada y que se lancen en manada a matonearlo cuando no se puede defender.

Rechazo los linchamientos mediáticos o reales de cualquier persona, porque no se comparte su manera de ser, pensar o actuar.

Rechazo el sectarismo tan común de nuestras tierras. Sectarismo que aflora hasta en los que se creen tolerantes cuando no se está de acuerdo con ellos.

Ya sé que es más fácil callarse o seguir a la turba enardecida, pero no es mi carácter.

miércoles, 12 de agosto de 2015

La noche de las Perseidas





Jueves, 13 de agosto de 2015



Es más allá de medianoche. Es agosto. Estoy solo en el balcón. Huelo el perfume de la hierba del jardín, de los árboles y el verano que me envuelven. El cielo está despejado. 

El silencio absoluto de la oscuridad es interrumpido por el ruido lejano de la ciudad. Miro al cielo en busca de esa lluvia de estrellas, las Perseidas. La espero. El cielo es oscuro y veo las estrellas de siempre. Mis compañeras en las noches en que regreso de la vida.

No sé si veré la lluvia de estrellas, llamada lágrimas de San Lorenzo, pero sí sé que en este momento siento tu corazón latiendo en mi corazón.

sábado, 25 de julio de 2015

La tarde en que fui a ver a Willy DeVille








As a tear fades away
And the dawn drives a lovers eyes
No more tears, they're all gone
Just believe this will always be
My heart in your hand
Knows that all this belongs to me
And like a child there I stand
While your heart sings inside of me
One dream of my life
One night in eternity
The wind whispers soft to me
And heaven stood still
One Side of the dawn
Knows that all this belongs to me
One celestial rhapsody
And heaven stood still
Willy DeVille



La tarde en que fui a ver a Willy DeVille en concierto no sabía que estaba a punto de morir, que la muerte que pronto vendría a visitarme, estaba comiéndose a Willy por dentro. Fue una tarde única de verano del 2008 en Bielefeld. Tomamos el tren al amanecer para llegar temprano. Me acompañaba una amiga que compartía conmigo el amor por el rock y  la poesía. 

 Estuvimos cantando a grito pelao con Willy „demasiado corazón“. Bailamos y nos acariciamos con el descaro de que da saber que el mundo no es de nadie y nadie es dueño de nuestros sentimientos. Éramos felices como sólo los irresponsables lo pueden ser. Yo había perdido toda esperanza de regresar a Colombia, a esa lejana vida que me mantuvo atado al ayer. Ya no era el mismo que salió una noche de Bogotá asustado, joven e inocente para salvar la vida. Y al salvarla perderla para siempre. Al menos esa vida que debí haber vivido en Bogotá contigo. 

Pero esa tarde calurosa de amor, música y olvido no pensaba en ti ni en nadie. Salvo en mí: un extranjero en todas partes sin un lugar adonde volver o adonde ir. Nadie me esperaba más ni yo buscaba a alguien a quien regresar. Mi vida era un paréntesis entre una nada y otra. No me hallaba. No era de nadie. 

Era libre y eso es lo peor que nos puede pasar. La libertad es aterradora. Siempre me he sentido más cómodo entre límites y fronteras. Una manera, creo, de echarle la culpa a otros de mis propias limitaciones. Pero si no era feliz, la pasaba contento, al menos. O eso creo recordar ahora que también yo estoy muriendo como ese día Willy DeVille lo hacía cantando en un concierto de verano en Bielefeld.

viernes, 24 de julio de 2015

A mis sesenta sigo queriendo


"Como libros leídos han pasado los años".
Blas de Otero


Yo quiero la verdad, la justicia, la alegría, la buena comida, el amor, los ratos de ocio, a los panaderos que hacen posible que a las cinco de la tarde haya pan blandito caliente, a las mujeres que me aman, a los que viven del cuento, a los que se ríen y dejan que otros se rían, a los que trabajan para que yo tenga una vida mejor, a los médicos, las cenas charladas, a los libreros, a los que nunca se han jodido a otros, a los que viven y dejan vivir, a los músicos y a los actores, la banalidad que hace soportable el infierno, la siesta, el descanso, la lectura, la libertad de no hacer lo que no queremos, a las mujeres, a los niños siempre, la bajada de precios y el alza de los salarios, a los campesinos que hacen posible nuestro pan de cada día, a los callados, a los tranquilos, a los solitarios, a las que me dicen cosas bonitas, las ocho horas mínimas de dormir, los quickies, la espontaneidad y la reflexión, a los pacíficos, al Santa Fé, los derechos del hombre, los izquierdos de la mujer, la trivialidad, las rebajas de otoño, que la vida valga la alegría y no la pena, y sobre todo la quiero a ella que ha compartido conmigo su universo  y porque con ella mi vida y los sueños han sido posibles. 

Después de tanto vivir


Después de tanto tiempo en busca del amor, de tanta risa dejada en la mirada de ella, de la alegría desperdiciada a raudales en sueños pasajeros, de tantos días y noches de baile, de tanto nadar por los mares de este mundo, de tanto desandar las caminos de pueblos perdidos y de caminar las calles de muchas ciudades que tanto quise, de tanta generosidad recibida de gente que no esperaba nada a cambio, del amor que llegó un día y se quedó a vivir en mí para siempre, de leer todo escrito que se atravesó por mi camino y de escribir poemas en el cuerpo de una enamorada, de quedarme a soñar en los sueños de una extranjera, de sentir la mano tierna de una mujer que nunca me ha dejado en los días difíciles, de besar y ser besado por el placer de ser uno en una lejana noche de verano en Deauville, de dejar mi vida en la vida de las personas que me han amado, de saber que nada es para siempre, ni siquiera la eternidad, sólo sé que me he hecho viejo de tanto vivir.

domingo, 19 de julio de 2015

No soy capaz de decírtelo


Un día en que ya no me duela tu silencio, en que no me duela quererte tanto, en que tenga más valor que hoy, un día en que te mire de lejos y suspire como todos los días... un día en que no me aguante más este sentimiento que me envuelve y enloquece, te diré que te sigo amando.

Pero hoy no soy capaz de decírtelo.

miércoles, 15 de julio de 2015

La lucha por poder ser y por el poder



En Colombia se libra una lucha por la movilidad social desde tiempos de Turbay Ayala. 

Turbay Ayala representó en su momento la subida y triunfo de los de abajo frente a Lleras Restrepo, quien representaba a los de arriba. Las estructuras sociales y económicas tradicionales (la gente bien) y las nuevas ricas nacidas de la corrupción (Turbay Ayala hablaba de la corrupción en sus justas proporciones) y el narco apoyados por la violencia (la gente de bien).

La ilegalidad ha servido para comprarse el ascenso social (Antonio Caballero decía que la plata en Colombia blanquea a cualquiera) Y parte de la violencia es generada por el desprecio y rechazo de las clases altas tradicionales a los demás, a la lobería.

Parte del profundo odio del uribismo (fuera de la "traición" de Santos) al gobierno actual es que la mayoría de los uribistas representan a esa gente de bien y el santismo (si es que algo así existe) representa a la gente bien.


En Colombia tenemos un lenguaje, un sistema educativo y una manera de otorgar cargos públicos y también privados que excluye a la mayoría, que perpetúa la diferencia abismal entre unos pocos y la mayoría.