Charlar,
charlar, charlar. Charlar sobre lo divino y lo humano, de libros, del
prójimo, del tiempo, de la política ,de cine, de programas de
televisión, de lo cotidiano. Charlar siempre, a veces sentados en su
cama, otras en la salita de la tele, abajo en el jardín, o
caminando, de compras o una tarde entera al sol. Reírnos de la vida,
de los demás y de nosotros. Charlar para ser, para compartir, para
sentirnos juntos y unidos. Charlar para querernos. Y algunas veces
simplemente estar uno al lado del otro.
Charlar
con mamá ha sido uno de los placeres de mi vida. Mamá y yo siempre
estamos juntos, aunque estemos lejos.
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