sábado, 20 de septiembre de 2014

De indignados y revoluciones

 

Resulta que un día hay un gran movimiento de ciudadanos indignados.. Uno siempre escéptico no quiere participar en él. 

Pero los participantes le insisten con cantidad de argumentos y uno deja la pereza y se lanza a cambiar al mundo. Todos se acuestan revolucionarios, pero al otro día la mitad ya han dejado la revolución: tenían un compromiso, el entierro del abuelo o hacer la cola para pagar los servicios. 

Pero uno sigue audaz y decidido, a pesar del escepticismo de muchas revoluciones de un par de días. Se acuesta revolucionario y qué sorpresa: el único revolucionario que queda en la calle es uno, el pendejo que no quería hacer la revolución.

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