domingo, 31 de agosto de 2014

El día menos pensado



Un día, al fín, llegará el día menos pensado: me despertaré por última vez, me levantaré despacio y me acercaré a la ventana para ver esa vida que no volverá a ser mía. Abriré la ventana y dejaré que el aire fresco de la mañana invada la habitación, llene mis pulmones una vez más y recuerde para siempre por qué es que valió la pena haber vivido. Desayunaré un café con croasán. Me ducharé. Oleré a jabón y a limpio. Saldré a la calle y me iré de mí sin voltear a mirar atrás lo que ya no es.

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