jueves, 7 de agosto de 2014

La primera vez que quise morirme


La primera vez que quise morirme en protesta por algo que me habían dicho y no me había gustado, tenía cuatro años y algo me dijeron mis papás que me indignó, y me fui a mi cuarto, me acosté en la cama, puse los brazos como un crucificado y dejé de respirar. Cinco segundos después tuve que respirar de nuevo. Mis papás no se habían dado cuenta de que yo pretendía morirme indignado, porque me habían dicho algo que no me gustó. Así que en silencio volví al lado de ellos y seguí actuando como si nada hubiera sucedido.

Ese día no comprendí que uno no es tan importante como cree. No al menos en cuestión de pataletas.
Lo curioso es que yo no he cambiado ni un poco. Aún sigo, de cuando en cuando, queriéndome morir en protesta, porque la vida, las cosas o las personas no son como yo quiero. Pero a los cinco segundos tengo que respirar de nuevo...


Así que en silencio vuelvo al lado de las personas que siempre me han querido y actúo como si nada hubiera sucedido. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario