Vida,
líbrame de los quejosos, de los que escupen veneno, de los que
hablan mal de otros, de los que se sienten víctimas, de los
incapaces de cambiar, de los que siembran cizaña, de los que traman
males, de los que solo ven enemigos, de los que se sienten mejores o
más buenos que los demás, de los que no se pierden ni la movida de
un catre, de los que mienten por maldad, de los que difaman a los
demás, de los que creen que pegarle a un hijo es educarlo, de los
que maltratan a su familia y por ende a los demás, de los que no son
capaces de entender a otros, de los que no se guardan nada para sí,
de los que no saben callar su estupidez, de los vivos de siempre, de los astutos, de los que
no saben guardar para sí su ignorancia, de los que practican la
violencia sicológica o física y de los que con su existencia enferman la vida.
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