Después
de tantos días, noches, años, silencio, soledad, dolor, sé que el amor no muere,
pero los sueños, sí.
Entre mis horas y mis recuerdos, en cualquier descuido o
pausa de mi vida ella sigue conmigo. Ella está acá, en mis
poemas y silencios, aunque haya partido.
Desde
entonces he vivido sin volver a ver las
estrellas de su mirada.
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