Uppsala
La
veo.. camina con la seguridad de sus diez y seis años llenando todo
de alegría. Ella no se da cuenta del efecto que produce a su paso.
Va embebida en sus pensamientos. Su melena se mueve al viento y el
sol la cubre de destellos de oro. Su cuerpo es música para los ojos.
Alta, delgada, piel de trigo, pelo largo y de mil dorados y ojos que
se pierden en sus sueños. El universo está a sus pies. Es la vida
en su máxima expresión.
Con sus jeans que destacan sus piernas fuertes y largas, su camiseta blanca, sus zapatillas deportivas y el descaro de no saber que es perfecta, enamora todo sin saberlo. Su juventud ilumina el día: es una diosa. La diosa de ese mundo que no volverá a ser el mismo después de que ella ha pasado.
Con sus jeans que destacan sus piernas fuertes y largas, su camiseta blanca, sus zapatillas deportivas y el descaro de no saber que es perfecta, enamora todo sin saberlo. Su juventud ilumina el día: es una diosa. La diosa de ese mundo que no volverá a ser el mismo después de que ella ha pasado.
Hoy
la he visto: la vida cambiando el universo a su paso. Una vez más lo
eterno se desvela ante mis ojos maravillados. La perfección existe:
tiene diez y seis años y camina comiéndose al mundo, y yo la veo.
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