domingo, 2 de noviembre de 2014

Mi dulce compañía




En tardes como hoy, mi soledad y yo nos sentamos a leer un libro o salimos a caminar. Más tarde vemos televisión o comemos algo ligero en el balcón, si aún sale el sol y no hace frío. Se podría decir que somos una pareja. No tenemos peleas ni nos agarramos de las mechas. No hay miradas de reproche ni indirectas. La soledad no se molesta nunca conmigo, tampoco dice nada. Es callada, muy callada. En tardes como éstas es la única que me hace compañía. Entenderás que ella sólo está conmigo, porque tú no estás. Así que solo, lo que se dice solo, sí estoy. 

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