Hay
un lugar de mi infancia donde la maravillosa lluvia no ha dejado de
caer, donde el frío aún me hace tiritar de alegría, donde mis
sueños aún montan en una bicicleta pequeña y atraviesan mis pocos
años en busca de las imágenes que se han quedado para siempre
atrás.
Hay un lugar de mi infancia donde hoy todo parece perfecto, grande y eterno. Un lugar donde los brazos de mamá y papá son puertos seguros, refugio de mis miedos y tristezas.
Hay un lugar de mi infancia donde hoy todo parece perfecto, grande y eterno. Un lugar donde los brazos de mamá y papá son puertos seguros, refugio de mis miedos y tristezas.
Hay
un lugar de mi infancia donde sé que volvería a ser feliz.
Foto de un niño corriendo bajo la lluvia en la Habana
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