miércoles, 29 de octubre de 2014

La espera








"El tiempo es la distancia más larga entre dos lugares". Tennessee Williams



Al sentarse y encender la luz se dio cuenta de que todo seguía igual. El mismo desorden de siempre: los libros amontonados a lado y lado del teclado, papeles de apuntes rojos, azules naranjas tirados al azar, tres esferos plásticos, dos lápices y una mancha de café sobre el escritorio permanecían inertes. Tal vez, esperando su regreso. Una ligera capa de polvo cubría todo. Todo seguía igual aparentemente. Hasta el mal humor que lo acompañaba después de tantos años. Ahí seguía ese papel en blanco, amarillo por el paso de los sueños y los años, que tenía preparado para cuando el amor llegara, para ese instante en que ella entrara en su vida y se quedara, y él pudiera escribir el más bello poema de amor. Suspiró, se agarró con angustia del borde del escritorio, se recostó en la vieja silla de mimbre que tantos sueños y tristezas guardaba en su desmemoriado silencio, y lloró. Lloró por los años perdidos de la espera.

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