Un día me dijiste que
eras feliz para poder llegar al cielo. Y cuando decías el cielo no
te referías a la vida después de la muerte o a un dios o a una
religión. Te referías a ese estado de amor y plenitud contigo misma
que era lo tuyo, lo más tuyo, lo que yo más amaba de ti
Incesantemente tu cielo se convertía en mi cielo.
Eras bella para mí. Eras ternura para mí, eras amor para mí.
Incesantemente tu cielo se convertía en mi cielo.
Eras bella para mí. Eras ternura para mí, eras amor para mí.
Te adoraba porque eras
feliz y compartías conmigo ese don de vivir la vida a plenitud. Nada
contigo era imposible. Bastaba con que me miraras y ya todo sucedía
por encanto. Nunca me aburrí a tu lado. Nunca me cansé de ti. Nunca
me quería alejar de ti. Nunca pensé que ese cielo que eras tú un
día lo perdería.
¿Perder? ¿Ganar? ¡Qué más da! Lo que importa es amar...Beso
ResponderEliminar