Ya
hace años que no estás conmigo y sin embargo hay tardes en que me
adentro por los caminos del tiempo y te hablo de mis sueños, de los
nuevos poemas que he escrito, de la gente que pasa por mi vida y
hasta me pregunto qué río cruza tu memoria y si en él aún navego
yo.
Es
difícil dejar ir un recuerdo, un atisbo de felicidad cuando estoy
bajo esta catedral de árboles, ramas y hojas que se forma a mí paso
por los recodos de este bosque. Sigues en mi memoria. Por momentos
mi universo es sólo tuyo. Contemplo los recuerdos que hacen una
bóveda celestial en mi mente con tu risa, tu mirada y tus te quiero.
El aire canta tu nombre, que fluye por mis venas llenando de música
mis espacios. La vida se detiene en nosotros por un instante y
suspira.
Aún
hoy quisiera adorarte como cuando el verano llegaba hasta mi orilla y
me empapaba de amor, de ti. Pero siento como el tiempo se deshace
lento con los recuerdos y me aleja...me aleja de ti y me lleva con él
hacia la nada.
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