lunes, 2 de marzo de 2015

Mi vida y yo



Hay días en que mi vida se levanta más temprano que yo. Mientras ella hace y deshace por la casa, por la ciudad y por las ideas, yo sigo durmiendo, sigo soñando.

Mi vida hace cosas que a mí no me apetecen, me aburren y que prefiero que las haga ella y yo no. Ella está más adaptada a la realidad que yo. Yo soy caprichoso, subjetivo, perezoso y quisiera estar solo conmigo a todas horas. Pero a mi vida sí le gusta la gente, salir, charlar, caminar comer con otros, trabajar y trabajar y trabajar. Allá ella, lo mío es disfrutar de cada instante mío y no me preocupo por esas cosas.

A mi vida le gusta leer y escribir. A mí, también. Por eso cada día por un par de horas nos sentamos los dos entre libros y periódicos a leer, comentar y  reírnos de las noticias, o devoramos libros o los dejamos de lado cuando nos aburren. Es curioso, pero al escribir los dos somos del mismo parecer y nos gustan los mismos temas. Entre los dos aportamos ideas y puntos de vista que enriquecen lo que escribimos.
De resto mi vida y yo llevamos vidas paralelas, pues nuestros intereses son diferentes.

Mi vida está pendiente de las personas que los dos queremos. Yo confío plenamente en que mi vida le dedica lo mejor de sí a esas personas que han hecho posible con su amor, su tiempo y su generosidad que los dos vivamos tan bien. Mi vida y yo no seríamos nada sin esas personas que nos quieren.

A la hora de dormir, mi vida se acuesta más temprano. A mí me gusta quedarme a solas, recuperándome de todas las cosas que hace mi vida por los dos. Mientras ella ya duerme, yo sueño.

Mi vida y yo - en ello somos iguales-  siempre pensamos en ella y a ciertas horas del día nos reunimos a mirarla y quererla a escondidas.


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