viernes, 27 de diciembre de 2019

Apuntes personales de la vida


Nunca seré famoso ni importante. Ni popular ni reconocido en la calle. He pasado por los años y me he empapado de ellos. Los he vivido con ganas, con alegría, con tristeza, con soledad y compañía. Desde niño quise vivir en mis propios términos, de la manera que yo creía que debía vivirse. No siempre lo logré. Un par de veces me traicioné y no fue buena idea. Aprendí que para bien o para mal solo puedo ser yo.

Hice tantas cosas que me hicieron feliz y a veces también hice feliz a otros. Bailé, reí, monte en cicla, nadé, caminé, corrí, jugué, recorrí caminos y ciudades, descubrí otros mundos y otras formas de pensar.

Tuve años horribles, dolorosos, que me marcaron para siempre. No faltaron las decepciones, los fracasos, las derrotas, la amargura y la enfermedad. Pero también los hubo maravillosos con triunfos, éxitos, dichas y amor. Rocé el poder y el dinero, caí en la pobreza. Y volví a surgir.

Viajé y me fui de Colombia. Me vine a estas tierras a orillas del Rin y construí de nuevo una vida. Una parte de mí siempre mira hacia Colombia y la otra mira el presente y el futuro en este país que ya es parte de mí.

He vivido lo que me fue dado y he procurado ser leal a mí y a los demás.

Nunca seré famoso ni importante. La vida me ha dado y quitado sin preguntarme jamás, ella es todopoderosa y yo trato de ser y hacer a mi manera. La vida es una expectativa y una incógnita. Da miedo y alegría. Duele siempre. Pero este oficio de vivir me gusta.

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