Hay
instantes como ahora en que amo la vida. Pero sé que hubo momentos
en que la odié y los habrá de nuevo.
Vivir
es lanzarse al vacío sin saber por qué, ni para dónde ni si
llegaremos a un destino. No por audacia, sino por irremediable, nos
entregamos a lo desconocido con la esperanza de algo nuevo y quizá
mejor.
Vivir,
qué paradoja, es estar ciego y aún así reconocer las formas y los
colores de lo que somos y nos rodea; intuir la fiesta que es el
movimiento, el sentir, el percibir, el soñar, el deseo, el placer y
el saber Pero también es el dolor, qué angustia tan grande,... y
la certeza de que nada ni nadie ni siquiera nosotros somos para
siempre.
Hay
instantes como ahora en que me siento tan bien que no me importa que
la vida no sea para siempre.
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