Si
yo pudiera elegir viviría en otoño. Y siempre en septiembre. La euforia del verano ha pasado y la vida se tranquiliza, Entonces el mundo lo siento más mío. Y es un placer caminar a orillas del Rín contemplando como la vida pasa y el paisaje se transforma. A finales del mes los árboles comienzan a adornarse de oro, naranja y rojo.
Septiembre es una fiesta para el espíritu. Los días se hacen suaves, se serenan y las noches se pueden dormir charlando en el balcón. La luna se asoma al mundo y las estrellas me miran curiosas. Todo parece mejor en estos días. Septiembre es perfecto con sus lluvias, soles y vientos fríos.
Me gusta soñar que la vida se detiene en septiembre y yo me quedo a vivir en sus campos fríos y dorados.
¿Qué sería de mí si no existiera al menos una vez al año este mes maravilloso llamado septiembre?
Septiembre es una fiesta para el espíritu. Los días se hacen suaves, se serenan y las noches se pueden dormir charlando en el balcón. La luna se asoma al mundo y las estrellas me miran curiosas. Todo parece mejor en estos días. Septiembre es perfecto con sus lluvias, soles y vientos fríos.
Me gusta soñar que la vida se detiene en septiembre y yo me quedo a vivir en sus campos fríos y dorados.
¿Qué sería de mí si no existiera al menos una vez al año este mes maravilloso llamado septiembre?
Y
si yo pudiera amarte mil veces más, mi vida sería un septiembre
eterno.
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