Un
día un perro y yo seremos amigos. Y compartiremos las horas, las
lecturas, los paseos y los aburrimientos. Será un perro que quiera
compartir conmigo su alegría y sus charlas. También, sus sueños y secretos. Nos iremos a conocer el mundo y a que el mundo nos
conozca. Por las noches nos sentaremos uno al lado del otro y
recordaremos las cosas que nos han sucedido. Quizá, algunas veces,
lloraremos muestros fracasos. Otras nos consolaremos de estar vivos.
Nos haremos compañía. Pero, sobre todo, seremos amigos en lo bueno
y lo malo. Yo sé que el día menos pensado un perro querrá ser mi
amigo y me habrá salvado la vida.
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