sábado, 14 de diciembre de 2013

El discurso de Petro en la Plaza de Bolívar





Me leí el discurso completo de Petro. Y quedé fascinado por su capacidad de abarcar la historia de Colombia en un sólo hombre: él. A Petro le cabe el país entero en su ego privilegiado. En la plaza de Bolívar asistimos al nacimiento del primer santo de la política. El es un mártir, él es todos nosotros, es nuestra salvación. Ha nacido el mesías de Colombia.
San Petro es un gran pensador y un pacifista. Y como todo pensador y pacifista es la salvación de la democracia.
Uno de los momentos más honestos y conmovedores es cuando habla de su voto por el procurador:
 yo hasta por convicción propia voté por el Procurador para demostrar que la diferencia es posible en el Estado, pero no podemos ser ingenuos, ellos no nos tratan de la misma manera, ellos negocian con la democracia, ellos manipulan la Constitución.
Lo dicho, Petro es un santo.
Luego ese momento en que él con su generosidad inigualable permite que todos hablen diciendo:
Quiero que seamos conscientes de la decisión que vamos a tomar, la decisión es convertir esta plaza en el gran ágora de la democracia en Colombia, “
Una maravilla esa llamada al debate de la plebe en la que el único que habla es él. Si eso no es democracia, entonces ¿qué lo es?
Y cuando demuestra que a él no le importa el puesto ni siquiera el sueldo. Nunca había visto un político más desinteresado, entregado por completo a su causa:
es el momento de cambiar la historia de Colombia, que aquí hay gente dispuesta a asumir el compromiso, que lo que nos emociona aquí no es un puesto, no es un salario, el salario se lo podemos regalar al Procurador.
Es probable que el procurador acepte, porque por el camino que va pronto se quedará sin puesto.
Y sus conocimientos de la actualidad son ejemplares:
Yo voy hasta donde ustedes me digan, si vamos a ir adonde queremos, hacia la paz y la democracia, tenemos que saber lo que tenemos que hacer en estos días, esta es la Plaza Tahrir de Colombia, aquí debe comenzar una revolución democrática y pacífica,
Las manifestaciones de la Plaza Tahir terminaron en el gobierno fundamentalista de los hermanos musulmanes y luego en una dictadura militar. Mi Petro no es sólo santo, sino un sabio.
Y acá se vuelve a lucir con sus conocimientos de la historia de Colombia:
Fui aprendiendo que este tipo de élites que gobiernan este país eran capaces de matar por su codicia, que no habían entendido lo que significaba la palabra democracia, que antaño unos jóvenes rebeldes, Nariño, Santander, Caldas, Camilo Torres, Bolívar, nos habían enseñado.”
Gracias al gran historiador que es San Petro hoy sabemos que
Nariño, Santander, Caldas, Camilo Torres y Bolívar no eran la élite de entonces y menos aún, los antepasados de la élite actual.
Si eso no es sabiduría, no sé entonces qué lo es.
Y cuando enumera el sinnúmero de atrocidades que los “fascistas” han cometido con el pueblo con gran pudor y grandeza evita nombrar las atrocidades de las guerrillas con el pueblo colombiano.
Y su momento máximo es cuando no nombra para nada el Palacio de Justicia donde los héroes del M-19 dando una demostración de prudencia y realismo político se lo tomaron y casi acaban con las cortes y el país entero. Es que la guerrilla toda es de santos como San Petro.
Y ese otro momento en que los guerrilleros (Sólo ellos, en esa constituyente no estaban Alvaro Gómez, Horacio Serpa,etc.)  “la generación de la paz, hiciera la Constitución que aún hoy está vigente.” Hoy al fin sabemos que la Constitución actual fue hecha sólo por los guerrilleros. Eso explicaría que prohibieran la extradición de los mafiosos. Obviamente esa parte sí la hicieron los “fascistas”.
En definitiva un gran discurso. Es más, un tratado de realidad incuestionables que hacen de este ser humano excepcional que es Petro nuestro primer santo político.
Y su visión política al identificar su destitución con los deseos de la derecha de acabar los diálogos de la Habana y su sentido crítico al evitar que la masacre cometida por las Farc en Inzá sea quizá una causa de que esos diálogos sean vistos con malos ojos. Fue brillante, justo y realista. Es mi San Petro.


Yo espero que sus seguidores sigan peregrinando todos los días a la Plaza de Bolívar para adorar a nuestro santo súbito. 

2 comentarios:

  1. No pues, entonces demosle el aval al inquisidor, digo, procurador, y que Petro como cualquier mediocre agache la cabeza y nos deje a nosotros, quienes si hemos estado de acuerdo con su gobierno, con la sensación de indignación que deja el abuso de un personaje tan dudoso como el procurador. Habría que santificarlo a usted y a su procurador, de quién no hace usted el más mínimo cuestionamiento. Evidente, es su venerado mayor. Artículo de crítica parcial y arrodillado, cual procurador que reza el rosario en latín, este. Apague y vámonos. Pffff!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por su comentario.

      Usted no argumenta, agrede.

      Su comentario habla más de sus limitaciones que de las supuestas mías.

      Eliminar