jueves, 24 de enero de 2013

La primera vez




La miré y sentí algo dentro de mí que despertaba por primera vez. Sólo fue verla y la sangre se lleno de fuegos que me hacían cosquillas. Me quedé mirándola por el tiempo de una vida o por un instante. A los siete años no se entiende nada del tiempo ni de ese cosquilleo que nos producen las niñas cuando las miramos. Recuerdo que esa nueva e inesperada sensación me gustó, me gustó mucho.

Hoy, en mil lugares del mundo, un niño mirará por primera vez a una niña y los dos sentirán que se ahogan. Se pondrán colorados. No dirán nada, pero querrán volverse a ver. Habrán descubierto el amor.


A veces recuerdo con nostalgia al niño que un día fui y que descubrió hipnotizado el mundo de los libros. La maravillosa lectura. El vicio más bello de la vida. Ese mismo niño que de lejos miraba fascinado a las niñas y que ya nunca dejaría de adorarlas.

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