martes, 11 de agosto de 2020

Una tormenta se avecina y es medianoche

La luz del repentino relámpago ilumina la noche, la deslumbra. Poco después el ruido amenazador del trueno se oye a lo lejos. Una y otra vez la noche deja de ser noche por los rayos que se acercan. Y el eco del rayo retumba como advertencia, como negación de la oscuridad. Rayos como caballos desbocados recorren la noche, relinchan y desaparecen. El bochorno asfixia la medianoche.
El calor se pega a la piel. La ciudad calla. Duerme. Todos duermen menos yo, que vivo de noche. Noctámbulo solitario. Se acerca una tormenta de verano. La espero mientras ella aturde la noche de agosto con sus bramidos de toro de lidia a punto de embestir. Me vivo en silencio. En este momento soy la vida entera.

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