martes, 20 de octubre de 2015

Mi vida y yo




Hay días en que mi vida se levanta más temprano que yo. Mientras ella hace y deshace por la casa, por la ciudad y por las ideas, yo sigo durmiendo, sigo soñando.

Mi vida hace cosas que a mí no me apetecen, me aburren y que prefiero que las haga ella y yo no. Ella está más adaptada a la realidad que yo. Yo soy caprichoso, subjetivo, perezoso y quisiera estar solo conmigo a todas horas. Pero a mi vida sí le gusta la gente, salir, charlar, caminar comer con otros, trabajar, y trabajar y trabajar. Allá ella, lo mío es disfrutar de cada instante mío y no me preocupo por esas cosas.

A mi vida le gusta leer y escribir. A mí, también. Por eso cada día por un par de horas nos sentamos los dos entre libros y periódicos y leemos, comentamos y nos reímos de las noticias, o nos devoramos libros o los dejamos de lado cuando nos aburren. Es curioso, pero al escribir los dos somos del mismo parecer y nos gustan los mismos temas. Entre los dos aportamos ideas y puntos de vista que enriquecen lo que escribimos.

De resto mi vida y yo llevamos vidas paralelas, pues nuestros intereses son diferentes.

Mi vida está pendiente de las personas que los dos queremos. Yo confío plenamente en que mi vida le dedica lo mejor de sí a esas personas que han hecho posible con su amor, su tiempo y su generosidad que los dos vivamos tan bien. Mi vida y yo no seríamos nada sin esas personas que nos quieren.

A la hora de dormir, mi vida se acuesta más temprano. A mí me gusta quedarme a solas, recuperándome de  las muchas cosas que hace mi vida por los dos. Mientras ella ya duerme, yo sueño.

Mi vida y yo siempre pensamos en ti, y a ciertas horas del día nos reunimos  a mirarte y a quererte a escondidas. 

sábado, 17 de octubre de 2015

Un latido del corazón

"Me miró lo que dura un latido del corazón . Supe en ese momento, que la recordaría el resto de mi vida" 
"La Condesa descalza"

No habrá nunca más una larga caminada a orillas del Guadalquivir, no volveremos a comer fish and chips en un kiosco bajo la lluvia de Londres, ni correremos y bailaremos otra noche de verano en París, no nadaremos una vez más en una isla perdida del Caribe, no nos esconderemos a besarnos una y otra vez en las calles de la Medina de Marrakech, no nos tomaremos de la mano bajo la mesa como en esas largas charlas con los amigos mientras mirábamos atardecer a orillas del Garda, ni nos reiremos al oír por sorpresa esa canción que tanto nos gusta en el bullicio de Manhattan o ese verso que te escribí que le oímos a un joven cuando se lo susurraba al oído a su amor en un bar de Bilbao. 

Tú y yo no volveremos. Pero no habrá tiempo, distancia o silencio que nos impida soñar con el otro, saber que aún tenemos una cita pendiente en ese lugar que aún no conocemos pero que espera por nosotros...bueno, tú ya lo conoces pero yo no. Iremos a Sevilla a cumplir la cita de leer los poemas de Joshua Ben Gabriel en voz alta en la antigua judería y después...después será lo que la vida quiera.




viernes, 16 de octubre de 2015

Una relación complicada


Por la forma que tiene de detenerse frente a mí, por esa mirada suya que casi me habla, por los latidos acelerados de mi imaginación sé que nos gustamos. La felicidad y yo nos hemos encontrado a escondidas. Nos hemos querido. Ella y yo tenemos muchas cosas en común.

Desde que era pequeño me acompañaba a leer o jugaba conmigo tardes enteras cuando el piso de mi cuarto era un campo de batalla de tapitas de gaseosas con una bolita de cristal que según el color pertenecían a diferentes regimientos o ejercitos, una tabla de madera para jugar damas chinas era la fortaleza que había que conquistar que estaba en un lugar casi inexpugnable sobre la almohada de mi cama.

En la adolescencia fue conmigo a todas las fiestas desde los catorce años hasta los veintitrés en que no volví a ninguna fiesta.

En el amor pensé que ya era oficial lo nuestro, que éramos para toda la vida. Pero me equivoqué. Sólo fue que sintiera el amor poniendo de cabeza mi vida para que la felicidad por días, semanas, meses y años no me volteara a mirar. Creo que el verme enamorado la ponía celosa, sentía que me perdía y se iba sin previo aviso, sin decirme nada y me dejaba con ese dolor que sentimos los que a pesar de la realidad pensamos que las relaciones son eternas. Desde entonces he vivido con un nudo en la garganta, un vacío en el estómago, unas ganas de mandar todo al carajo y una inmensa derrota en el alma.


Adoro a la felicidad, pero desde entonces ella y yo tomamos caminos distintos. Sé que piensa en mí. Yo también pienso en ella. Hay días en que nos saludamos o coincidimos en algún lugar o con un conocido mutuo. Y los dos sentimos esa electricidad que existe entre dos que están destinados el uno para el otro. Pero los dos sabemos que nunca volveremos a estar juntos como cuando tenía seis años y montaba en una bicicleta verde bajo la eterna lluvia de la Sabana de Bogotá.

martes, 13 de octubre de 2015

Tú y yo

Tú y yo 
que tantas veces nos hemos hablado a besos; y que a caricias nos hemos prometido cielos y estrellas.
Tú y yo 
que tantas veces hemos convertido los sueños en campos de juego y de alegría. 
Tú y yo 
que por andar soñándonos nunca dejaremos de querernos. 
Tú y yo 
que hemos hecho de esta vida el paraíso de nuestros cuerpos. 
Tú y yo 
que tanto nos queremos y debemos ¿cuándo al fin existiremos?

Un día


Un día te despiertas de los sueños y caes en cuenta de que no has vivido, sino que estabas enamorado de fantasmas, que la vida te ha jugado una mala pasada, que el tiempo se ha perdido, que es otoño y no volverá el verano.
Un día te despiertas e intuyes que no volverás a soñar.

jueves, 1 de octubre de 2015

Si tú quisieras

Si por un instante pensaras en mí, si te diera la gana de mirarme más de un segundo, si soñaras que más allá de tus limites hay un universo entero, si por una vez tuvieras unas ganas infinitas de ser esa otra que un día en Sevilla dejaste que se enamorara de un poeta...
...digo yo, pero si no fuera ese el caso y no quisieras dejar la seguridad de tenerlo todo o casi todo lo que soñaste una tarde en que te fuiste sola a Perpignan para saber qué era eso de ser joven, libre y audaz, quiero que sepas que yo, hagas lo que hagas o no hagas lo que no quieras hacer, sin dudarlo me iría contigo a recorrer todas las incertidumbres de la vida.