miércoles, 26 de junio de 2013

Sería maravilloso cada mañana devorarse



Sería maravilloso cada mañana devorarse el uno al otro: saciarnos de piel, de besos y caricias, de nadar al otro; que no dejáramos ni rastro de deseo hasta la hora del almuerzo para poder devorarnos de nuevo, para desnudar cada pecado nuestro y convertirlo en cielo, en paraíso terrenal, antes de que salgamos en la tarde a caminar la playa y al oscurecer nadar sin nada distinto a nuestro amor mar adentro y regresar empapados de alegría, de pasión, del otro; y en la noche devorarnos una vez más lengua a lengua, fuego a fuego, caricia a caricia y beso a beso hasta altas olas de la noche.

Sería maravilloso que entre tú y yo no hubiera un mar de ausencias que nos está devorando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario