Si volviera a comenzar contigo, empezaría por el beso de despedida y así iría deshaciendo cada uno
de nuestros días, sueños y amores hasta llegar al primer beso, a la primera mirada, a ese instante en que, por quién sabe
qué razón, el mundo mío se detuvo en tus ojos. Y desde que esa mirada se cruzó con la mía no deseo otra cosa que ser tuyo, sólo tuyo
como si me amarás desde antes de conocernos.
Lo que yo quiero
contigo es comenzar por el final para poder volver siempre al día en
que me enamoré de ti para siempre.