sábado, 26 de septiembre de 2015

La vida escolar

La mitad de la vida escolar me la pasé esquivando tareas, clases aburridas, matones, ignorantes, aprender de memoria cualquier cosa y a profesores que hubieran matado a una ostra de aburrimiento.

La otra mitad la dormí, me escapé del colegio o dibujaba cuadernos y cuadernos con mapas, perfiles de personas y animales.

Lo mejor del colegio fueron las fiestas de fin de semana que organizamos desde tercero hasta sexto de bachillerato. Si no hubiera sido por esas fiestas no hubiera podido mantener mi cordura. Qué exagerado soy!

No tengo ni idea de cómo me pude graduar. Recuerdo poco de lo que enseñaban y mucho lo que los profesores maltrataban y humillaban a los alumnos.

Después de tantos años sigo detestando el colegio.

Sin embargo, mi mejor amigo, mi único amigo de verdad es del colegio. Me casé con una compañera también del colegio y sigo con ella, o ella sigue conmigo, mejor dicho.

Y siento un agradecimiento por los profesores de música, von Hoff, que me enseñó a entender la música y por el profesor de castellano y geografía, Ochoa, que me explicó la economía, la política y enseñó a escribir; y afecto por mis profesores de historia, Fräulein Brandes y Herr Eckardt, porque me trataron como a una persona de verdad.


Pero por ningún motivo volvería al colegio. 

miércoles, 23 de septiembre de 2015

He vivido y eso es todo


Lo que he vivido, he hecho, he sido, he tocado, he aprendido, he amado,he sentido y conocido, lo que he visto y he soñado; cada segundo que he vivido, la tristeza y lo que he llorado, cada momento feliz, todo absolutamente ha sido mío.

He sido dueño del universo entero. He sido un dios para mí. He sido todo y todo ha sido por mí. He vivido y eso es todo, todo lo que siempre quise ser. 

martes, 22 de septiembre de 2015

El universo de mi vida



Yo soy un puñado de sueños, mi familia, un par de amigos de siempre, y más sueños; Bogotá, Bonn y esos lugares del mundo que saben que yo me he jugado mis sueños por el amor; horas y horas de lectura, de música, de dudas y pensamientos, charlas maravillosas, las caminadas y el mar, los amaneceres en la Sabana de Bogotá, y los recuerdos tal y como los tengo en mi memoria; las mil tristezas y las derrotas; y el viaje, el interminable viaje de la vida; las noches y los bailes, el verano y enero en Bogotá; y siempre más sueños y por último y más importante: tú, mi amor, mi gran amor, mi irremediable amor. He aquí el universo de mi vida.

lunes, 21 de septiembre de 2015

El prisionero

Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.“
Pedro Calderón de la Barca


Soy mi prisionero. Estoy atrapado en mí. Estoy condenado a mí. No puedo escaparme de mí y adonde huya, huyo conmigo. De día y de noche me vigilo, me cuido, no me desamparo. Estoy pendiente de mí todo el tiempo.

No puedo, así lo quisiera, dejarme en paz por un momento. No tengo privacidad conmigo. Soy mi guardián y mi prisionero al mismo tiempo. Lo seré hasta que la muerte me separe de mí.

Mi pensamiento es mi condena y a su vez mi único refugio para esta vida que es ser prisionero y guardián de uno mismo.

Tres películas en una semana







"Lo que a mí me fascina de la vida es el tema de lo que uno lamenta haber hecho o no haber hecho"
Vincent Lindon

Esta semana en que estuve tan alejado del mundanal ruido que habita mi mente y de lo cotidiano vi tres películas que me encantaron.



Quartier lontain” de Sam Garbanski

La trama está basada en la manga “extraños confiables” de Jiró Taniguchi, quien al final de la película aparece por unos instantes. El cincuentón Thomas quien por casualidad llega al pueblo de su infancia y aprovecha la oportunidad para visitar la tumba de su madre. Allí hace un salto en el tiempo y de repente vuelve a tener 14 años.

Gabarski escenifica la emocional y por momentos irreal historia de la relación de un hijo y su padre con ternura a pesar de los duros y apasionados enfrentamientos. Una película con toques poéticos y melancólicos.
La madurez del personaje le da una nueva dimensión a los hechos y lleva a situaciones cómicas, como cuando dice que el muro de Berlin va a caer o que tiene dos hijas. Poco a poco Thomas entiende el sentido de este viaje en el tiempo cuando comprende el rol de ser padre y de su padre y de la fría relación de sus padres que los lleva por caminos diferentes. Sólo al comprender las heridas de la niñez le posibilitan regresar al cambiado presente y dejar de ser el confiable extraño de la realidad.

Nothing personal” de Urszula Antoniak

Una mujer holandesa, vagabunda por elección, recorre los caminos de Connemara (Irlanda), haciendo autostop y sacando comida de los contenedores. Llega a una casa apartada, en una isla maravillosa, de la que se queda prendada hasta que descubre que su dueño es un hombre maduro que vive solo allí. Él le ofrece comida a cambio de que trabaje en el jardín. Ella se queda, con la condición de que no se trate nada personal, de que no haya preguntas.
Nothing personal’ no trata sobre la incomunicación. Muy al contrario, sus personajes se entienden sin necesidad de intercambiar palabras, sin apenas contacto físico o siquiera visual. Finalmente, no versa tanto sobre la soledad como sobre la dificultad de hallar a alguien con quien estar tan a gusto como, en ocasiones, se está solo.
Lo mejor la belleza de los planos y el complemento de la música.


Mademoiselle Chambon de Stéphane Brizé

Es un drama romántico que narra la historia del encuentro entre un albañil de un pueblo francés, un hombre de pocas palabras, casado y con un hijo, aparentemente feliz, que conoce a la maestra del colegio, una mujer ilustrada y sensible, que ama la música y que viene de un mundo totalmente distinto al suyo. Apenas sin palabras, con más gestos y expresiones, la historia va poniendo al espectador ante el dilema de los amores posibles o imposibles.

Lo que me dejaron estas películas es la certeza de que el arte no consiste tanto en nombrar las emociones sino en recrearlas con sensibilidad estética, matices, modulaciones, talento, entrega y profundidad sentimental.


Una semana para mí abundante en silencios, introspección, música y pensamientos. Una semana para volver a mí. 

jueves, 17 de septiembre de 2015

Una noche de septiembre a las cuatro de la mañana





Son las cuatro de la mañana. La ciudad duerme y el ruido ronco del tráfico lejano se cuela por las desiertas calles del barrio. En algún lugar del jardín unos gatos se aman. Mientras escucho el concierto de piano No. 5 de Beethoven leo una biografía de John Steinbeck. 

El apartamento está a oscuras salvo la pantalla del computador y una lámpara que me permite leer. Al alzar la vista del libro y mirar la pantalla veo que en ese preciso momento de la madrugada a miles de kilómetros ella está leyendo un poema que le escribí. Una ola de alegría me ha quitado el sueño y me ha devuelto otro sueño.