“Oscurecía
ya cuando llegué a Bonn, y me forcé esta vez a no poner en marcha
el piloto automático que en cinco años de viajar se ha formado en
mi interior: bajar las escaleras del andén, subir las escaleras del
andén, dejar maleta, sacar billete del bolsillo del abrigo, recoger
maleta, entregar billete, al puesto de periódicos, comprar
periódicos de la tarde, salir a la calle, llamar un taxi. Durante
cinco años partí yo casi todos los días de algún punto y llegué
a cualquier otro punto, por la mañana subía y bajaba las escaleras
de la estación, por la tarde bajaba y subía la escaleras de la
estación, tomaba taxis, buscaba dinero en el bolsillo de mi chaqueta
para pagar al conductor, compré periódicos en el quiosco, y en
algún rincón de mi conciencia disfruté la incuria minuciosamente
estudiada de este piloto automático. Desde que Marie me ha
abandonado para casarse con este católico, Züpner, el
funcionamiento se ha hecho todavía más automático, sin perder su
incuria."
Comienzo de Opiniones de un payaso de
Heinrich Böll
El
16 de julio se cumplirán treinta años de la muerte del escritor
alemán, Heinrich Böll.
Siento
un profundo respeto por su obra, por su pensamiento político y su humanismo. Si alguien fuera un ejemplo para
otros, él sería el mío.
Heinrich
Böll nació en Colonia en 1917 en el seno de una familia
trabajadora. De 1939 a 1945 sirvió como soldado en el ejercito
alemán. Allí comenzó a escribir cartas a su familia, que después
serían publicadas. En 1972 obtuvo el Premio Nobel de Literatura,
siendo el primer alemán después de la guerra en recibir dicha
distinción.
La
lectura de “Ansichten eines Clowns” fue para mí un
descubrimiento y una fascinación por el autor.
El
protagonista, Hans Schnier, ha decidido en contra de la voluntad de
su familia no ser político o empresario y dedicarse, sino payaso.
Oficio en el que tiene éxito. Muy joven comienza una relación con
María Derkum, una joven católica conservadora. Durante seis años
tienen una relación estable, que comienza a tener problemas cuando
deciden casarse. Aunque el cede a todas las exigencias de ella, ésta
lo abandona y le deja una nota en que escribe “ Debo seguir el
camino, que debo recorrer”. Desde ese momento comienza la caída en
el alcoholismo y la carrera se va al traste.
Llama
a su familia, que ha surgido durante el nacionalsocialismo, peor no
encuentra en ella respuesta ni afecto. Tampoco en su maestro de la
escuela, que les inculcó el nazismo. Cuando Schnier ve la
metamorfosis sigilosa y sin remilgos de su familia y de la Alemania
nazi en la Alemania Federal y democrática siente un profundo asco.
La
obra finaliza de forma patética cuando el protagonista se sienta en
los escalones de la estación de Bonn y pone un sombrero y empieza a
cantar: „Der
arme Papst Johannes , hört nicht die CDU , er ist nicht Müllers
Esel, er will nicht Müllers Kuh.“
(El pobre papa Juan, no escucha a la CDU, no es el burro de Müller,
no quiere ser la vaca de Müller). La gente lo confunde con un
mendigo, quizá sea el deseo de Schnier, y tira monedas en el
sombrero.
El
libro es una metáfora de esa conversión súbita de los alemanes
nazis a los alemanes demócratas. También es una crítica a la
Iglesia Católica y la religión en general.
«"Los
católicos me ponen nervioso", dije, "porque juegan
sucio.""¿Y los protestantes? ", preguntó
riendo. "Me irritan con su manoseo de las conciencias." "¿Y
los ateos ?" guía riéndose. "Me aburren porque
siempre hablan de Dios."»
Después
leí “Billiard um halb zehn”, “Gruppenbild mit Dame”, que me
impresionó porque fue la primera vez que un personaje era descrito
por los demás personajes y en la medida en que se veían los
diferentes puntos de vista se transformaba el personaje en otro
diferente al que pensábamos que era. Y por último leí “Die
verlorene Ehre der Katharina Blum”, que trata sobre la RAF y la
realidad que vivió Alemania en los años Setenta.
Heinrich Böll se dedicó a ayudar a los escritores rusos encarcelados en
los Gulags soviéticos o clínicas de reposo. Entre ellos Alexander
Solzhenitsyn. Apoyó las campañas contra el estacionamiento de
cohetes Pershing en Alemania y el pacifismo.
Después
de tanto tiempo aún me conmueve el personaje de Hans Schnier y su
autor Heinrich Böll.
“Seis
marcos con setenta era para Leo una respetable suma. Para mí también
lo era, de momento. Pero probablemente no sabía él aún que yo,
como decían en casa, "de momento estaba sin ingresos".
Dije: "Bien, Leo, muchas gracias; cómprame un paquete de
cigarrillos cuando vengas." Le oí carraspear, no dijo nada, y
pregunté: "¿Me oyes, verdad?" Puede que se hubiese
ofendido al pedirle que me comprase cigarrillos con su dinero. "Sí,
sí", dijo, "sólo que...", se atascó, tartamudeó:
"Siento mucho decírtelo, pero no podré venir." "¿Cómo?",
grité, "¿que no podrás venir?" "Son ya las nueve
menos cuarto", dijo, "y debo estar a las nueve en el
seminario." "Y si llegas tarde", dije, "¿te
excomulgan?" "No bromees", dijo ofendido.”
Final
de Opiniones de un payaso de Heinrich Böll