Mediodía
de enero. Un sol inesperado inunda hasta la última sombra de frío.
Y yo estoy vivo para sentirlo, para hacerlo mío. Voy a extraviarme
en tus sueños para que invadan de dulzura todo mi ser.
Hoy seré lo
que no he sido y naceré de nuevo en tu mirada. Seré
los mil caminos del amor sólo para inventarte una vez más, cuerpo,
donde viven todas las tú que tanto quiero, donde el cielo me espera.
Y si tu mirada me abrazara podríamos volar al fin hacia la realidad
que nos aleja.