martes, 30 de julio de 2013

La política exterior colombiana no existe

La política exterior colombiana no existe.

Sólo en Colombia se puede pensar que la embajada en España es más importante que la de Venezuela, porque supuestamente se  vive mejor.
Colombia sigue nombrando a gente que no está preparada como embajadores y como diplomáticos. Sólo nosotros pensamos que estudiar derecho internacional no sirve para nada.
Sólo en Colombia creemos que los gringos nos van a sacar de la pobreza, que Brasil no es importante, que el futuro no está en China, que el Pacífico no tiene futuro y que sin puertos y carreteras podremos ser una potencia regional.
Sólo un tonto puede creer que Colombia sin Ecuador y Venezuela puede tener alguna importancia geopolítica.

Sólo Colombia piensa que la política exterior es la mejor porque Yo, José Gabriel es embajador de Colombia en México y le hizo una comida a Slim con el delincuente colombo mejicano Fernando Botero Zea, que salió regia.


Nuestra política exterior es repartir el país entre las transnacionales mineras para que se lleven todo y nos dejen las deudas, los paras, los problemas, los huecos y la pobreza.

La autodenominada élite



Lo mas preocupante sobre nuestra autodenominada élite es que, aun la que tiene las mejores intenciones, no tiene ni idea de cómo sacar al país de la pobreza, de las injusticias y de la desigualdad.

Cuando uno lee a los comentaristas expertos sólo encuentra ideas que fueron inventadas en USA o Europa y que no necesariamente funcionan en Colombia o ideas que favorecen privilegios y ventajas para ellos, no para nosotros.
Se repite siempre que la educación nos sacará adelante. Y no lo creo. No basta con ser culto para generar riqueza y bienestar. Aunque la educación es básica para que los ciudadanos piensen y actúen. Sobretodo con la esperanza de que al fin tengamos ideas propias y no ideas pensadas por otros para su beneficio y no el nuestro.

Lo que es claro es que Colombia le apuesta a lo que los intereses extranjeros necesitan en el momento: minería y agricultura industrializada. Las dos pensadas para las necesidades de ellos, no las nuestras. Con esa estrategia se harán más ricos los ricos y un par de docenas de oportunistas y lagartos, pero no beneficiará a la mayoría de los colombianos.
La autodenominada élite no tiene ni idea de qué quiere para Colombia y los colombianos. La semilla de todo desarrollo está en saber qué queremos ser y cómo lo vamos a lograr. Y de eso nunca he leído o visto en Colombia.


Nota: ya sé que cada gobierno prepara unos mamotretos gigantescos llenos de buenas ideas para su administración, que luego se quedan en un 99% entre sus páginas a dormir el sueño de los justos.

lunes, 29 de julio de 2013

La vida es un oficio triste


Varias veces he muerto en mi vida. He perdido tanto de mí y de los otros. Los otros siempre pasajeros de mi vida. Aunque sus ausencias me acompañan como amigas invisibles. 

 Yo me he perdido y he dejado parte de mí en el ayer y llego al presente con el resto de mí. Sin embargo, mucho de mí ya no va conmigo. Otros ahora llevan consigo un poco de mí. Quizá yo soy ahora algo de ellos. 

En una sola vida he vivido muchos yos, todos míos. Igual a mí, pero diferentes.

Miro atrás tratando de rescatarme del olvido, pero nunca llego a ese lugar perdido del ayer.

Nunca volveré y esa es mi tristeza: dejarme atrás irremediablemente.La vida es un oficio triste.